Estación Alboraya-Palmaret
De repente lo vimos claro. Queríamos llevar la luz natural bajo tierra, y que al salir del tren, vieses el sol, y este te guiara hasta el exterior.
Cliente
La Conselleria de Infraestructuras y Transporte, a través de su Ente Gestor, y con la colaboración de la Universidad de Alicante y el Colegio de Arquitectos, convocó un concurso para el proyecto de la Parada Tipo del tranvía de Alicante. La propuesta que presentó nuestro despacho quedó entre las seleccionadas, y de ella se valoró muy positivamente su calidad, viabilidad, flexibilidad y su racionalidad técnica y económica.
Desafío
El Municipio de Alboraya, muy cercano a la ciudad de Valencia, sufría las consecuencias de que el transporte público de la línea de metro antes de llegar a su localidad, emergiera y saliese a la superficie, dividiendo su territorio en dos mitades. Ello conllevaba los graves conflictos asociados a la situación de este medio de transporte público en un entorno urbano, en especial, los accidentes de tráfico.
ESTRATEGIA
Para solucionar dicho problema se planteó la necesidad de construir dos estaciones subterráneas, al inicio y al fin del municipio, además del túnel que las une. La primera de ellas, la más cercana a Valencia, se ejecutaría junto a la antigua Estación de Palmaret, construida en superficie, y que dejaría de funcionar una vez la nueva estación soterrada entrase en servicio.
Entre la antigua estación y la nueva, proyectamos un gran parque, de aproximadamente 6.000 metros cuadrados. Se desarrolla mediante 6 grandes plataformas, que de manera escalonada, te llevan desde la calle hasta el interior de la estación.
El gran vacío que supone la excavación de dicho parque, nos permite introducir luz natural en el interior del andén situado bajo tierra, a través de ventanas de grandes dimensiones.
Este efecto junto a la sencillez de la circulación que planteamos en el interior de la estación, consigue que el usuario, habitual o esporádico, al bajar del tren, perciba el espacio en el que se encuentra de una manera clara, y esto le permita salir de la estación fácilmente.
SOLUCIÓN
Nunca antes habíamos construido una estación de Metro y nos pusimos a estudiar.
No sabíamos que hacer, pero sí sabíamos que no hacer. No queríamos proyectar una Estación en la que una persona, al bajar del metro y pisar el andén, sintiera la habitual desorientación: esa que se produce cuando no sabes cómo se llega al exterior, y buscas unas absurdas flechas que te guíen mientras recorres pasillos laberínticos hasta la salida.
De repente lo vimos claro. Queríamos llevar la luz natural bajo tierra, y que al salir del tren, vieses el sol, y este te guiara hasta el exterior.