Oficinas Centrales de Mercadona
80.000 METROS CUADRADOS EN LAS OFICINAS CENTRALES DE MERCADONA PARA TRANSFORMAR FÍSICA Y CULTURALMENTE UNA DE LAS EMPRESAS MÁS POTENTES DE ESPAÑA
Ubicadas en Albalat dels Sorells, las Oficinas Centrales de Mercadona se conciben como un campus empresarial de gran escala, inmerso en el paisaje agrícola de la huerta valenciana.
Formado por cuatro bloques paralelos interconectados con orientación norte-sur, el proyecto comprende una superficie total construida de 85.000 m²: 40.000 m² destinados a espacios de trabajo y 45.000 m² a aparcamiento subterráneo.
El primer bloque acomoda la entrada principal, las zonas de servicio y cuatro aulas de formación, mientras que los tres bloques restantes albergan las oficinas, con una dimensión en planta de 155 metros de largo x 16 metros de ancho. Entre los volúmenes se abren generosos patios ajardinados que actúan como espacios intermedios, facilitando la entrada de luz natural tanto en las zonas de trabajo como en los aparcamientos situados en la planta sótano. Estos patios integran celosías metálicas orientadas estratégicamente según la incidencia solar, que tamizan la luz, reducen la radiación directa y mejoran el confort térmico de los interiores.
Oficinas: cultura de trabajo colaborativo
Desde su concepción estructural, el proyecto se plantea con el objetivo de generar espacios diáfanos y versátiles, capaces de adaptarse a las necesidades cambiantes tanto de la empresa como de sus empleados. La decisión de trabajar con una luz libre de 16 metros entre pilares permite eliminar apoyos intermedios, lo que se traduce en una mayor libertad de uso en las plantas de oficinas y una mejor funcionalidad del aparcamiento subterráneo, donde amplias calles interiores facilitan la circulación y optimizan la distribución de las plazas.
Sobre esta base estructural se desarrolla el diseño de los espacios de trabajo, concebidos según la metodología WORKPLACE ERRE, inspirada en el ‘modelo de oficina basada en la actividad’. Este enfoque sustituye la compartimentación tradicional por un entorno abierto, eficiente y dinámico, que favorece la interacción entre los distintos departamentos e implementa el sistema hot-desking, en el que los puestos no son fijos, sino que se eligen en función de las necesidades del momento. Además, las oficinas disponen de quince tipologías de ambientes diferentes, donde los empleados pueden desempeñar múltiples tareas: desde cabinas de uso individual hasta aulas equipadas con grandes pantallas para la realización de workshops y sesiones colaborativas.
El interiorismo apuesta por una paleta de tonos neutros que contribuye a crear un entorno de trabajo sereno y agradable: el blanco predomina en los techos técnicos, el gris en los suelos de moqueta y la madera de roble en los paramentos verticales para introducir la nota cálida.
